La educación contribuye a formar ciudadanos libres, participativos, responsables e informados, capaces de ejercer y defender sus derechos, que participen activamente en la vida social, económica y política de México. Es decir, personas que tengan la motivación y capacidad de lograr su desarrollo personal, laboral y familiar, dispuestas a mejorar su entorno social y natural, así como a continuar aprendiendo a lo largo de la vida, en un mundo complejo que vive cambios vertiginosos. Prepara a los estudiantes para la vida en su sentido más amplio. Debe garantizar su educación integral asegurando aquellos contenidos que, de no ser aprendidos, dejarían lagunas difíciles de subsanar en aspectos cruciales para la vida.

La educación tiene como objetivo ayudar a las personas a que logren un mejoramiento continuo de sí mismas, mediante el desarrollo de su potencial intelectual y de los recursos culturales, personales y sociales que les permitan participar como ciudadanos activos, contribuir al desarrollo económico y prosperar como individuos en una sociedad diversa y cambiante.

En suma, las razones que responden a la pregunta “¿Para qué se aprende?” constituyen los fines de la Educación Básica y provienen de los preceptos expresados en el Artículo 3º constitucional. Estas razones son las que dan norte al currículo y se concretan en el perfil de egreso de la Educación Básica.