La Reforma Educativa tiene como objetivo fundamental convertirse en un instrumento decisivo para el desarrollo humano, social, político y económico de México.
Nuestro país requiere que las niñas, los niños y los jóvenes reciban una educación de verdadera calidad que les permita ser personas más libres, autónomas, responsables, competitivas e íntegras, y para que puedan, con el apoyo de los conocimientos, habilidades y valores que les proporcione la escuela, tener una perspectiva más amplia de la vida y construirse un futuro al tamaño de sus expectativas y capacidades, de sus esfuerzos y aspiraciones.
Desde hace años, México y el mundo viven transformaciones importantes y vertiginosas. El siglo pasado ha quedado atrás pero apenas empezamos a comprender los dilemas y desafíos del siglo XXI. Vivimos en un mundo cada vez más interconectado, globalizado y diverso que nos acerca como especie pero también nos muestra retos, desigualdades y problemas que obligan a replantearnos las posibles soluciones para que todos los mexicanos habitemos un México más fuerte, justo y próspero. Al cambiar el mundo, la educación también debe hacerlo. Ha de transformarse para responder cabalmente a las exigencias actuales y las necesidades futuras de los niños y jóvenes de nuestro país.
Hace algunas décadas, el único lugar para aprender era la escuela. Hoy, es posible aprender en múltiples fuentes de información y cada día se genera tanta información que una persona no podría saber ni una minúscula parte de todo el conocimiento disponible en el mundo. Por ello, la finalidad de la escuela ya no es solamente enseñar a niños y jóvenes lo que no saben: su objetivo es contribuir a enseñarles a pensar por sí mismos, a facilitarles lo que necesitan aprender, a moverse con seguridad y confianza en un mundo cambiante y diverso. En este sentido, el desafío actual es doble. Por una parte, definir qué debe enseñar la escuela para formar niños y jóvenes que construyan su propio destino y el de un México justo, incluyente y sustentable; por la otra, es necesario transformar la cultura pedagógica para que los profesores puedan hoy formar a esos niños y jóvenes.
Para acelerar el cambio y lograr que la Reforma Educativa en marcha logre su misión es necesario resolver ambas caras del desafío. Esta forma de expresar las dificultades que enfrentamos puede parecer una simplificación, pero justamente busca expresar, en una imagen, la complejidad de los retos que nos toca encarar. A un tiempo, debemos resolver los “qué”, “para qué” y “cómo” de la Educación Obligatoria de México. Los “qué” y “para qué” son condición necesaria, pero al sumar estos a los “cómo” será posible crear una condición suficiente para alcanzar los objetivos deseados.
Esta Propuesta curricular para la Educación Obligatoria 2016, en consecuencia, busca precisamente afrontar estos retos y, por tanto, asume que el currículo debe ser mucho más que una lista de contenidos; lo considera, más bien, un instrumento que da sentido, significado y coherencia al conjunto de la política educativa. Por ello fija los fines de la educación, pero también establece los medios para alcanzarlos. Asimismo, considera que el currículo debe ser enriquecido mediante una discusión inteligente, razonada e innovadora sobre los “para qué”, los “qué” y los “cómo”, en el contexto del proyecto de sociedad que ese currículo aspira a construir.
Las ideas contenidas en estas páginas provienen de muchas de las más de 18 mil reflexiones expuestas por educadores y otros interesados en los Foros de Consulta Nacional para la Revisión del Modelo Educativo, convocados por la Secretaría de Educación Pública y efectuados entre enero y junio de 2014. Para completar el proceso de discusión que estimuló esa consulta, la SEP someterá esta Propuesta curricular a la revisión de quienes se interesan por la mejora de la calidad de la educación nacional. Los planteamientos que se viertan en esta última etapa del proceso de consulta pública se analizarán para enriquecer la versión definitiva del Currículo.
Conseguir que la educación mexicana alcance la calidad necesaria para que las niñas, los niños y los jóvenes sean más libres y construyan un futuro más feliz es una responsabilidad que nos concierne a todos. Por ello, invito a todos los interesados en transformar la educación de México a participar en esta consulta, haciendo llegar a la SEP sus reflexiones y propuestas a través de los medios y recursos que se dispondrán especialmente para ello.
Mi compromiso y el de mis colaboradores es aprovechar las propuestas vertidas en la consulta para mejorar sustancialmente este documento, con el fin de que la Educación Obligatoria ofrezca efectivamente a todos los niños y jóvenes de México la formación de calidad a la que, de acuerdo con nuestra Constitución, tienen pleno derecho.
Maestro Aurelio Nuño Mayer,
Secretario de Educación Pública, julio de 2016.